No se estudia una carrera para ser padres, la única preparación que recibimos es, en general, el ejemplo que recibimos entonces de nuestros progenitores. Supervisar el correcto crecimiento y desarrollo del niño e identificar las posibles anomalías no es una tarea sencilla porque, en la mayoría de los casos, no somos psicólogos, ni médicos, ni profesores, sólo somos padres. En Club Salud sabemos la compleja, pero vital, labor que los padres desempeñan por y para sus hijos y por eso, hoy, les ayudamos a identificar y tratar el TDAH (Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad), un trastorno neurobiológico de carácter crónico y de transmisión genética que se caracteriza por la dificultad de mantener la atención voluntaria frente a actividades y la falta de control de impulsos.
Ésta afecta a entre un 5 y un 10% de la población infantil. Por lo tanto, el proceso resolutivo (o contención de las irregularidades, ya que no existe una cura para el TDAH) establece la terapia psicológica cognitivo-conductual (TCC) como tratamiento inicial; seguido -en casos más graves- de la administración de medicamentos (del cual hablaremos en el próximo artículo).
El tratamiento psicológico considera la TCC como la intervención más eficiente. La terapia de conducta se basa en un análisis de conducta que determina los factores que mantienen la conducta inadecuada del niño y se aplican medidas para incentivar una conducta (recompensas, atención positiva, elogios, etc.) o disminuirla y/o eliminarla (el coste de respuestas, la técnica del tiempo fuera, la indiferencia, etc.). Por otro lado, la terapia cognitiva les proporciona un entrenamiento en técnicas de autodestrucción, autocontrol y solución de problemas, además de enseñarles a desarrollar sus habilidades sociales.
Por otro lado, el tratamiento psicopedagógico es vital para garantizar un adecuado rendimiento académico por parte de alumno con TDAH y la conveniente actuación por parte de la escuela y sus docentes (programa de intervención en la escuela). La reeducación psicopedagógica consiste en un refuerzo escolar que, trabajado de forma individual, tiene como fin contrarrestar la repercusión negativa del TDAH sobre la competencia académica del niño o adolescente. Este método se centra, especialmente, en paliar los efectos del déficit de atención, la impulsividad y la hiperactividad (incluye, por ejemplo, técnicas de estudio o estructuración del tiempo, mejora de la autoestima, eliminar malos hábitos de organización, etc.).
Por último, cabe apuntar que la colaboración entre docentes y padres, y la supervisión puntual de un especialista, es vital para corregir los desórdenes que derivan de esta afección neurológica. Contra el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad la mejor medida, a fin de cuentas, es la constancia en un entorno favorable y de cooperación.