Hace unos días la sociedad internacional se conmocionó con los resultados del último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este documento se hablaba sobre la relación entre la carne roja y la carne procesada con el cáncer, y las reacciones no tardaron en llegar: industrias cárnicas poniendo el grito en el cielo, asociaciones afirmando que ellos ya lo vaticinaron hace tiempo y gente de todos los rincones del mundo expresando su opinión al respecto en las redes sociales, avalancha de memes incluida. Pero, ¿qué hay de verdad tras este impactante titular de la OMS?
Pues en realidad algo que los expertos ya llevan más de tres décadas recomendando: reducir el consumo de carne roja y procesada. La conocida frase “somos lo que comemos” sigue siendo tan cierta hoy como ayer y llevar una dieta equilibrada es esencial para la salud de nuestro organismo. Por eso los expertos no aconsejan, en ningún momento, eliminar la carne de nuestra dieta, sino reducir su consumo para poder incluir en ella más frutas, verduras y fibras; relegando el consumo de carne a un par de veces por semana, pero nunca eliminándolo completamente, ya que la carne tiene elementos que no se pueden suplir con ningún otro alimento.
En cuanto a su relación con el cáncer, la OMS explica que los alimentos como las salchichas, las hamburguesas o los embutidos aumentan el riesgo de sufrir un cáncer colorrectal, incluyéndolo en el grupo de sustancias más peligrosas para la salud; una lista en la que encontramos también el tabaco, el alcochol o el plutonio. Pero este dato no debe llevarnos a engaños, ya que esto no significa que la carne sea igual de nociva que estos otros elementos, sino que existen pruebas suficientes para incluirla allí. Para que nos hagamos una idea, el consumo diario de 50 gramos de carne aumentaría el riesgo de desarrollar un cáncer un 18%, mientras que el tabaco multiplica ese riesgo entre un 1000 o un 2000%.
Lo que se concluye de todo esto es que no hay ninguna evidencia para dejar de consumir carne, pero esta alerta nos viene bien para comenzar a llevar una dieta más sana, más mediterránea, que mejore todos los aspectos de nuestra salud.