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Principales enfermedades por obesidad

Por 11 febrero, 2015enero 9th, 2017Actualidad

“La obesidad es mala”; “un índice de masa corporal superior a la media arriesga nuestra salud”; “el exceso de peso es perjudicial”. Todos conocemos la teoría, pero ¿realmente conocemos los riesgos que presenta la obesidad? En este completo listado, Club Salud expone las principales enfermedades por obesidad diferenciadas por zonas y funciones afectadas. ¡Toma nota y sé consciente de la realidad!

Problemas cardiovasculares.

Un físico corpulento excesivo genera: insuficiencia cardíaca congestiva, provocando que el corazón no pueda bombear suficiente sangre a otros órganos; síndrome de corazón agrandado por el aumento de la carga de trabajo; Cor pulmonale, conocido como insuficiencia cardíaca derecha, que cambia la estructura y función del ventrículo derecho por un trastorno respiratorio; varices; y embolia pulmonar (obstrucción de la arteria pulmonar por un coágulo de sangre, grasa, aire, líquido amniótico, etc). Este último puede provocar la muerte.

Trastorno endocrino.

Afecta a los órganos reproductores dando como resultado un trastorno menstrual que altera el ciclo normal del periodo y provocando desórdenes como el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) o esterilidad.

Alternaciones gastrointestinales.

Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), enfermedad del hígado graso (acumulación de grasa que causa dolor, formación de tejido fibroso y, en ocasiones, deriva en una cirrosis o un cáncer de hígado), o colelititiasis (conocidos como cálculos biliares) son sólo algunos de los efectos derivados de la obesidad. También es posible que provoque una hernia y cáncer colorrectal (cáncer de colon, uno de los peores).

Insuficiencia renal y genitourinari.

Aunque no lo creas, son muchos los problemas que genera la obesidad: disfunción eréctil, incontinencia urinaria, insuficiencia renal crónica, hipogonadismo (las glándulas sexuales producen pocas o ninguna hormona), cáncer de mama, cáncer uterino e, incluso, muerte fetal.

Achaque de la piel y apéndices (tegumento).

La dermis no se libra de las consecuencias de la obesidad y como resultado los pacientes sufren de estrías, celulitis, linfedema (retención de líquidos extrema), acantosis nigricans (manchas en el cuello), intertrigo (infección bacteriana, fúngica o viral por inflamación) y los ántrax (folículos pilosos protuberantes, fruto de una infección en niveles inferiores (profundos) de la piel).

Dolencias musculoesqueléticas.

El dolor de espalda, la inmovilidad o la osteoartritis (lesión de las articulaciones por la rotura y pérdida del cartílago), son más frecuentes. Por otro lado, la hiperuricemia (alto nivel de ácido úrico en la sangre que probablemente lleve a la gota) es menos habitual y requiere de cuidados médicos precisos.

Daño neurológico.

Mens sana in corpore sano. No es un dicho más, ¡es real! Y lo que le ocurre al cuerpo tiene eco en el cerebro, el director del cuerpo. Así, el paciente obeso puede sufrir diversas alteraciones, desde dolores de cabeza hasta meralgia parestésica, carrera (pérdida de la función cerebral por interrupción de riego sanguíneo), síndrome del túnel carpiano y llegando a la posible demencia.

Trastorno respiratorio.

Es obvio pensar que el aumento de masa afecta a la capacidad y función pulmonar. Prueba de ello son los trastornos respiratorios, tales como la disnea (falta de aliento (SOB), apnea obstructiva del sueño, hiperventilación, asma y/o el Síndrome de Pickwick).

Enfermedades psicológicas.

Por supuesto, los problemas físicos, las limitaciones diarias e incluso la reacción social pueden generar problemas de tipo psicológico. A saber, los más frecuentes: autoestima baja, depresión, trastorno dismórfico (imagen corporal alterada) y estigmatización social.

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