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Por qué conviene revisar la próstata

Por 14 septiembre, 2015enero 9th, 2017Consejos / Tratamientos

La próstata es una glándula del aparato urogenital masculino situada debajo de la vejiga y delante al recto, rodeando la uretra. Su principal función es aportar el líquido blanquecino que transporta a los espermatozoides al eyacular, a través de unas contracciones musculares que exprimen el líquido de la glándula dentro de la uretra, y de allí al exterior.

Esta glándula, de las dimensiones de una nuez, va aumentando de tamaño a lo largo de toda la vida del hombre, acelerando su crecimiento a partir de los 40 años y acentuándose especialmente a partir de los 60 años. Este aumento de tamaño afecta, en primera estancia, al interior de la próstata oprimiendo de forma gradual la uretra y causando problemas urinarios; por lo que es altamente recomendable realizar revisiones periódicas de próstata a las partir de los 50 años.

Este aumento de la glándula, llamado hipertrofia prostática benigna (HPB), no tiene características malignas y se puede tratar con medicamentos que relajan el tejido muscular de la glándula prostática o medicamentos que disminuyen el tamaño de la próstata disminuyendo el nivel de hormonas masculinas dentro de la glándula. Para casos más extremos puede llevarse a cabo una sencilla cirugía a través de la uretra o con láser.

Pero este no es el único problema de próstata con el que nos podemos encontrar, ya que no es de extrañar que los hombres mayores de 60 años desarrollen cáncer de próstata; siendo éste el segundo cáncer más común entre los varones, después del de piel.

El problema principal de este cáncer es que los síntomas son muy similares a los del HPB, por lo que es crucial acudir a un especialista para una correcta evaluación del estado de la próstata. Aunque este tipo de cáncer se desarrolla muy lentamente, insistimos, no debes retrasar la visita a la consulta médica ya que su detección y tratamiento tempranos aumentan considerablemente las perspectivas de curación.

Una dieta baja en grasas y un estilo de vida activo reducen las probabilidades de sufrir cáncer de próstata, pero siempre es un gran riesgo no acudir al urólogo asiduamente una vez superados los 50 años de edad.

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