Cuando te diagnostican celiaquía, en ocasiones parece que tu vida se viene abajo. Debes replantearte tu forma de vida y lo que, hasta ahora, parecía una dieta saludable deja de serlo. Se trata de una enfermedad fácil de controlar, lo único que debes hacer es dejar de consumir alimentos con gluten, pero el problema viene cuando te das cuenta que la mayoría de alimentos lo contienen.
Prácticamente todos los cereales contienen gluten, pero además hay que prestar especial atención a los platos precocinados, salsas de soja, embutidos, preparados sazonadores y mezclas de especias, helados, chocolates, dulces o chicles.
Un punto a favor es que el gluten, o la ausencia de él, está de moda. Todos conocemos a alguien que ha sido diagnosticado con celiaquía o intolerancia al gluten, pero estas dos cosas no son lo mismo y, a menudo, se confunden. La celiaquía es una enfermedad genética y autoinmune que atrofia los vellos de la pared intestinal provocando una mala absorción de los nutrientes de los alimentos. La intolerancia al gluten, en cambio, es tan solo una reacción producida por un alimento que contiene gluten provocando síntomas gastrointestinales.
Dicho esto, el gluten es la única proteína que nuestro cuerpo no puede descomponer por completo para ser convertida en aminoácidos, sino que simplemente es dividida en cadenas de ácidos llamados péptidos. Estos simplemente pasan a través del cuerpo de la mayoría de la gente pero, en el caso de los celíacos estos ácidos son vistos por el cuerpo como microbios y por tanto su sistema inmunológico los ataca, con los daños colaterales que esto conlleva para el sistema digestivo.
Actualmente la celiaquía afecta a un 1% de la población mundial, que sumado al gran porcentaje de personas con intolerancia al gluten y la cantidad de gente que se ha sumado a la “moda” de vivir sin gluten, han hecho que todo el mundo conozca los inconvenientes que puede conllevar esta proteína y se hayan desarrollado un mayor número de productos sin gluten. Gracias a esto, hacer la compra o salir a cenar se ha convertido en una hazaña mucho menor y llevar una vida sin gluten es mucho más sencillo.