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Leche materna o en polvo ¿qué es mejor?

Por 22 octubre, 2014enero 9th, 2017Consejos / Tratamientos

En nuestra farmacia de Club Salud 24h, a menudo, recibimos a mujeres embarazadas, o que recientemente han dado a luz, que muestran dudas sobre si es conveniente, tras un periodo corto de tiempo, iniciar a su bebé en una dieta de leche en polvo. Es normal que surjan estas preguntas, ya que es una de las primeras decisiones que deberán tomar los padres respecto de su hijo/a.

Por supuesto, la mayoría de los expertos, sino todos, recomiendan la lactancia materna como la mejor opción para alimentar a un bebé, pues ésta contribuye a la defensa contra las infecciones, previene alergias y protege de diversas afecciones crónicas. Es conveniente mantener la alimentación a base de leche materna hasta, mínimo, los seis meses; después, es positivo continuar hasta los 12 meses o, incluso, tanto como la madre y el bebé lo deseen.

Los beneficios de la lactancia materna son muchos, entre ellos:

  • Protección contra las infecciones, y reducción de las posibilidades de desarrollar alergias, asma, diabetes, obesidad o el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
  • Desarrollo intelectual superior: algunos estudios han advertido que los bebés alimentados con leche materna presentan un CI ligeramente más alto que los alimentados con leche artificial.
  • Alimentación rica en nutrientes y fácil digestión.
  • Sabores diferentes, puesto que la leche cambia de sabor en función de lo que ingiere la madre.
  • Es gratis, porque la leche materna no cuesta ni un céntimo.
  • 100% de disponibilidad, ya que la leche materna siempre está disponible.
  • El contacto “piel a piel” contribuye a afianzar el vínculo emocional madre-hijo/a y les proporciona la oportunidad de disfrutar de una íntima conexión.
  • Contribuciones positivas para la madre: quema calorías, encoge el útero tras el parto, ayuda a recuperar la figura y el peso ideal y reduce las posibilidades de padecer cáncer de mama, de útero y de ovarios.

No obstante, presenta algunos inconvenientes como las incomodidades y molestias propias de la erosión del pezón, el tiempo y la frecuencia de tomas que condicionan el horario o el control de la dieta como requisito para asegurar que la leche materna sea nutritiva y equilibrada.

Por otro lado, la lactancia no siempre es posible. En cuyo caso, se puede recurrir a la leche artificial, con grandes ventajas para el consumidor (bebé) como: su equilibrada composición de proteínas, azúcares, grasas y vitaminas; las condiciones de esterilidad en las que se fabrica; la comodidad de que cualquier de los dos progenitores pueda alimentar al bebé; reducción en la frecuencia de las tomas, ya que la leche artificial se digiere más despacio; etc.

Por contra, nunca se podrá reproducir la compleja fórmula de la leche materna y se observa mayor concentración de gases y una disminución o carencia de anti-cuerpos en el/la niño/a. Asimismo, implica un coste económico adicional para la familia y mayor dedicación porque todos los materiales (tetinas, biberones y demás recipientes) han de esterilizarse antes de usarse.

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