«Buenos días, tengo 62 años, durante el último año me han realizado varios implantes y tres injertos óseos. Además, sufro constantes molestias en labio inferir, encías y en la boca en general, sensación de escozor. He consultado con varios dentistas y maxilofaciales, pero no terminan de darme un diagnóstico certero». Este testimonio es solo un ejemplo de alguien que, sin saber porqué, siente ciertas molestias bucales que no se solucionan con un simple colutorio.
¿De qué le ocurre a este paciente? Por los síntomas de los que nos habla, los expertos bien podrían concluir que se trata de la Glosodinia, también conocida como «Síndrome de la Boca Ardiente», enfermedad de origen desconocido, sin etiología definida y que se caracteriza por producir sensaciones dolorosas de ardor en la cavidad bucal.
Y aunque el nombre puede resultar un tanto escandaloso o alarmista, este síndrome no es más que la consecuencia de la administración de ciertos fármacos (hipertensivos, antieméticos, antidepresivos, etc.), así como a diferentes patologías como son el alcoholismo, la diabetes, la candidiasis, la hiposalivación, ansiedad y estrés, enfermedades del sistema inmunitario, anemia ferropénica, avitaminosis, etc. En definitiva, se trata de causas que, en gran medida, dependen de nuestros hábitos de vida y que, en cierta medida, podemos controlar nosotros mismos.
Por supuesto, no te asustes si notas algunos de sus síntomas de manera aislada (quemazón, lengua reseca o entumecida, picor, hormigueo, encías doloridas e hipersensibles, paladar abrasado/abrasivo, labios cortados, sabor metálico, etc.), pues no necesariamente la causa se llame Síndrome de la Boda Ardiente.
¿Cuál es el mejor tratamiento de la Glosodinia?
El tratamiento varía según la causa del síndrome de la boca ardiente, por lo que los profesionales deben esmerarse, sobre todo, en el diagnóstico. En algunas ocasiones, bastará con solucionar el problema que provoca la patología, mientras que en otros el tratamiento irá encaminado a controlar los síntomas mediante medicación específica.
Es importantísimo mantener una higiene bucal muy precisa, como te contábamos aquí. De hecho, más allá de las técnicas aplicadas en cada caso por el dentista, hay algunas acciones que pueden ayudarte a controlar los síntomas de la boca ardiente, tales como: beber abundante agua, evitar el tabaco y el alcohol, masticar chicles sin azúcar, evitar comidas picantes, reducir el consumo de alimentos ácidos o tratar de reducir el estrés, etc.
Lo mejor será que en caso de notar los síntomas de la glosodinia, contactes con tu dentista para que te pueda hacer un diagnóstico detallado de la situación y así dar el mejor remedio a esta incómoda enfermedad que, de no tratarse con tiempo, puede incluso durar algunos años.
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