A cada época, lo suyo. Si en primavera nuestro cuerpo se prepara para recibir las temidas alergias, en invierno para evitar los inevitables resfriados y en otoño, para la caída del cabello, ¿ante qué debe estar prevenido nuestro organismo cuando llega el verano?
Insolaciones, quemaduras en la piel por una excesiva exposición al sol o descuidos en nuestra alimentación, etc. Sin embargo, no son los únicos. Según un reciente estudio, la época estival es también época para las apendicitis, episodios que son más frecuentes durante los meses de más calor del año.
Aunque los responsables de este estudio, la Universidad de Bochum (Alemania), reconocen que no han determinado el porqué de esta mayor incidencia veraniega, sugieren varias explicaciones: por un lado, el consumo de una dieta pobre en fibra durante el verano, la mayor exposición a la contaminación del aire y el aumento de las infecciones gastrointestinales, mucho más frecuentes en la etapa estival.
La apendicitis es la hinchazón o inflamación del apéndice, un pequeño saco que se encuentra adherido al intestino grueso. ¿La has padecido alguna vez? Si no, seguramente conozcas a alguien cercano que haya sufrido esta dolorosa alteración, cuyos síntomas no siempre son evidentes, pues en niños pequeños, mujeres y ancianos es más difícil de diagnosticar.
El primer síntoma, a menudo, es el dolor alrededor del ombligo, al principio leve, pero que se vuelve más agudo y grave, pudiendo presentarse en inapetencia, náuseas, vómitos y fiebre baja.
El dolor tiende a desplazarse a la parte inferior derecha del abdomen y tiende a concentrarse en un punto directamente sobre el apéndice llamado el punto de McBurney. Esto ocurre con mayor frecuencia de 12 a 14 horas después del comienzo de la enfermedad.
Si el apéndice se abre (se rompe), puedes tener menos dolor por un corto tiempo y puedes sentirte mejor; sin embargo, el dolor pronto empeora y te sientes más enfermo. El dolor puede empeorar al caminar, toser o hacer movimientos súbitos.
Desde Club Salud te aconsejamos que si notas alguno de estos síntomas, no dudes en acudir inmediatamente a tu médico para que le realice un examen en profundidad. Detectar a tiempo la apendicitis es una de las claves para que todos estos dolores no se agraven y terminen derivando en otras patologías más graves.