Hoy, en Club Salud, nos interesamos por el cuidado de la piel en los primeros días tras hacerse un tatuaje. Normalmente, los consejos sobre ello suelen variar en función del tatuador. Sin embargo, existen algunas reglas estrictas al respecto pues, al fin y al cabo, es una herida y su cuidado se orientará a la prevención de infecciones. Para evitar enfermedades, inflamaciones, malas experiencias o que el dibujo se convierta en una fea cicatriz, te vamos a dar algunos consejos que deberías apuntar, ¡coge papel y lápiz!
Durante las primeras horas, debes mantener el tatuaje tapado (entre 4 y 6 horas para que la sangre coagule bien), aunque esto no será necesario si el tatuaje es pequeño y no lleva rellenos de color o negro. Algunos especialistas recomiendan que se mantenga 12 e, incluso, 24 horas. En estos casos, la venda deberá ser de un material grueso, absorbente pero anti-adherente.
Pasado el tiempo indicado, deja el dibujo al aire para que se oxigene. De lo contrario, pueden aparecer microbios anaerobios. Cuando retires la venda, lava cuidadosamente la superficie del tatuaje por si quedara sangre (hazlo con las manos, desinfectándolas previamente, ya que una esponja podría raspar la herida). Usa agua tibia y jabón anti-bacterial. Después, viste ropa cómoda y suelta que no oprima la zona tatuada. Realiza el mismo procedimiento de limpieza y desinfección tres veces al día durante, al menos, la primera semana.
No es obligatorio pero sí recomendable usar una crema anti-bacterial (pregunta en tu farmacia), durante la primera semana, y después pasar a una humectante y sin fragancia para evitar pelarte o que el dibujo pierda color. Aunque lo más importante para esto es evitar la exposición al sol que, además, irritará tu piel. Intenta no exponerte a él o tapa el tatuaje con una gasa transpirable. Tras dos o tres semanas, cuando salgas a la calle, aplícate protector solar factor 50 para protegerlo de los rayos.
Otros consejos importantes son: no arrancarte la costra, porque puedes sacar la tinta cuando el tatuaje aún está curando; no importa si le cae agua cuando te bañes, pero trata de impedir que entre en contacto mucho tiempo con el jabón; por supuesto, nada de playa, piscina, agua salada, agua clorada hasta la cicatrización total de la herida; evita las saunas y no te rasques.
Disfruta de tu precioso grabado, de la historia en tu piel, de esa declaración “derma-subliminal”, de todo aquello que significa para ti tu tatuaje. Pero, antes de ello, ¡cuídalo! ¡Cuídate!